diumenge, 10 de març del 2013

La meva Mitja de Montornés


Era mi segunda media maratón del año,( la primera fué la de Granollers, después de dos años de no haber corrido media distancia) y tenía un reto importante que cumplir. Una amiga me había apostado que podría acabarla en menos de 1.45 h (la verdad es que yo no lo tenía tan claro),aún así estaba dispuesta a complacerla y como mínimo, a intentarlo. Para ello cambié mis zapatillas de medias por las que utilizo para los 10.000 y así correr más ligera, pese a no haberlas probado antes para esta distancia,valía la pena correr el riesgo...
Llego a Montornés con unos amigos del gimnasio.

 Mi primera urgencia era salir al encuentro de mis compañeros de equipo, pero como suele suceder cuando no vas sola, me restrasé un poco más de la cuenta y para cuando llegué al punto de encuentro, ya no estaban. Intenté mirar dentro del pabellón deportivo donde habíamos quedado pero estaba más lleno que el metro en hora punta y viendo que se me echaba el tiempo encima, decidí que tenía otra urgencia: el maldito pipí pre-carrera!!.
Siempre me pasa, supongo que son los nervios.
Ufff!!, veo que los lavabos están a tope, si me espero a la cola no llego a tiempo y si no ¿qué?...
De repente, recordé la frase que decía mi abuela "por el trasero no te conoce nadie" (o casi nadie, je je), así que ante tal urgencia me busqué a lo desesperado un lugar entre dos coches,  menos mal que los chicos que pasaban por allí fueron respetuosos!! ja,ja..

Quedaban 10´ para la salida y ni rastro de mis compañeros, hasta que mirando entre la multitud, distingo una camiseta de tirantes blanca y rosa, me acerco y era Miki que estaba con Xavi. Nos deseamos suerte y busqué en la parte delantera a Albert y Oscar, pero nada!!!...
Me coloco en mi lugar, hace frío... y dan la salida.
Comienza la aventura!!.

Me encuentro bien y salgo rápido, el fresquito me favorece. No noto que vaya excesivamente veloz, pero cuando llego al km 10, veo que lo he hecho en 47´; ¡guau, voy bien!!!, quizás porque me ha emocionado encontrar a Miri animándome.

Voy entre la liebre de 1.40h y la de 1.45h, y me pongo contenta. Tengo que intentar por todos los medios que la de 1.45h no me adelante; si lo consigo está hecho!!!!.

Empiezo a disfrutar del sol, del paisaje verde, del aire y de la música de mi ipod y aunque las piernas empiezan a fatigarse, no les hago caso, intento seguir el ritmo que llevaba, si lo mantengo, todo va bien.
En algún punto me siento más flojilla y algunos me adelantan, pero también adelanto yo.
Voy haciendo y disfrutando.

Para cuando me doy cuenta, ya estoy en el km 18, ya no queda nada!... Miro el crono y sólo que haga estos últimos km a 5 lo consiguo, y a 5 puedo!!. Me animo,me emociono y aprieto. 

Todo el tiempo voy pensando en Clara (mi amiga de la apuesta), feliz porque sé que lo voy a conseguir y también porque ella ha creído en mí. 
¡¡No me sé cómo he podido hacerlo!!

Los últimos km los hago con la sonrisa de la victoria en los labios.

Después de la última bajada y una curva a la izquierda, allí está la meta, a sólo 200m, 100... 50...y... ¡ PRUEBA CONSEGUIDA!!!!.

En este momento soy la persona más feliz del mundo, miro mi crono y 1.43.40". ¡ No me lo puedo creer!!! , mi emoción es tan grande que no puedo parar de reír y como siempre hago, miro al cielo y se lo dedico a mi abuela, (que sé que me estará viendo).

Llego a la zona de entrega de obsequios y me encuentro a Oscar, le explico mi hazaña y se alegra muchísimo por mí, cosa que agradezco.

Entro en el pabellón buscando a mis compañeros de gimnasio y me encuentra Albert; está pálido y hace mala carona.

Me explica que ha tenido un corte de digestión por haber desayunado tarde y que casi tiene que dejar la carrera.
Pero...no lo ha hecho, ha seguido y luchado contra la adversidad hasta el final, cosa que admiro profundamente.
Sin duda, está hecho de la madera con la que se fabrican los ganadores. 
Ese tatuaje de ironman no lo lleva impreso tan sólo en la piel, también en el alma...

Sin dudar, puedo decir que ha sido un gran día!!!, el próximo año repito...

by Mónica Fernández